Érase una vez en
un pueblo muy lejano llamado Alejandría, vivía una pueblerina llamada Renata
que adoraba a su pueblo. Casi nadie lo conocía y las personas que lo habitaban
eran muy unidas excepto la bruja, todos la odiaban porque ella no podía ver a
nadie feliz y siempre amenazaba con hechizarlos.
Un día, cuando iba para el bosque vio a un chico, muy
atractivo y con una hermosa sonrisa, pero no le dio mucha importancia y siguió
su camino. Días después se dio cuenta que sus mejores amigos lo conocían, eso
la sorprendió bastante ya que ella jamás
lo había visto.
Comenzó a topárselo muy seguido pero a ella no le
agradaba porque le parecía un chico muy engreído y burlón.
Pasaron los días y sus amigos la invitaron a un hermoso
rio que se encontraba cerca del bosque, ella acepto ir ya que amaba pasar tiempo con ellos. Al
llegar ahí ella noto que había alguien más, sus amigos comenzaron a chivearse y
bajaron la mirada, mientras que ella les preguntaba que sucedía detrás de un
arbusto salió ese chico que ella tanto odiaba. No tuvo otra opción más que
aguantarse y no darle el gusto de irse. Ahí fue donde supo su nombre, él se llamaba
Alexander. Ese día convivieron un poco pero ella tuvo que irse ya que se
acercaba la noche y sus padres no le habían permitido llegar tan tarde. Al
llegar a su casa ella no dejaba de pensarlo y no sabía el motivo, le parecía
muy extraño ya que nunca había pasado por eso, se sentía desesperada.
Comenzaron a tener una amistad, y ella dejo de pensar que era una mala persona.
Al día siguiente, cuando llego al bosque lo vio, y él
le regalo una hermosa sonrisa. Pero ahí estaba la bruja, la vio muy feo y de
pronto llego por la espalda de Alexander y lo abrazo, ella se sorprendió
demasiado pero se dio cuenta que él era novio de la bruja. Eso la dejo muy
pensativa varios días.
Paso un tiempo y
cada que lo veía sentía muchas cosas, ella comenzaba a quererlo pero desde que
lo vio con la bruja se alejó, la bruja la odiaba más que nunca ya que sentía
celos porque Alexander la quería, pero ella no tenía la culpa de nada, Renata
jamás se interpuso en su relación.
Un día se enteró por sus amigos que ellos habían
terminado, sintió alegría pero no le dio mucha importancia, ya que siempre
terminaban volviendo. Ya había sucedido varias veces.
Renata estaba equivocada, esta vez no fue así, ellos
terminaron y fue definitivo.
Pasaron los meses y después de haber llevado una
hermosa amistad con Alexander se dio cuenta que estaba enamorada de él. Ese
mismo día Alexander la invito a dar un paseo, ella muy contenta acepto. Tras
una hermosa charla él se acercó a ella y la miro a los ojos, cuando de pronto,
la beso, si así fue, un hermoso beso que hizo que se dieran cuenta de ese gran
amor que se tenían.
Desde ese día ellos comenzaron una maravillosa relación
a la cual la bruja se interpuso y trato de separarlos, pero no le funciono su
hechizo ya que era un amor verdadero…
FIN
EL JINETE FANTASMA
Érase una vez en un pueblo llamado Anacleto vivía una
pequeña familia muy querida por todo el pueblo.
Alejandro era un adolescente muy apuesto y muy educado
ya que su madre, la señora Zara y su padre Don Jacinto López trabajaban
muchísimo para que tuviera una buena vida y terminara sus estudios.
Una mañana Alejandro salió a dar un paseo con su
caballo llamado príncipe cuando comenzó a escuchar ruidos en el monte, pensó
que era buena idea ir a ver que sucedía pero cuando se acerco vio a un jinete, se sorprendió muchísimo y
prefirió irse antes de que lo viera.
Sin embargo, ese día dos cachorritos lo persiguieron y
como era una persona muy noble no quiso abandonarlos y los llamo Pulgas y
Manchas.
Le comento a sus padres lo que vio y se asustaron
muchísimo y le aconsejaron que jamás volviera al monte, ya que ese jinete era
un fantasma y era muy peligroso.
Desde ese día empezaron a pasar cosas muy raras en el
pueblo.
Una noche Alejandro salió a caminar con
Pulgas y con Manchas cuando de pronto Manchas comenzó a ladrar sin parar
y Pulgas salió huyendo. Ahí estaba el jinete fantasma dispuesto a matar a
Alejandro y nadie podría detenerlo.
FIN
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